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Greg Kinsey es asesor sénior en los campos de la excelencia operativa, la transformación digital y la Industria 4.0, y ayuda a las empresas industriales con su estrategia de Industria 4.0, implementación, implicación y alineación de las partes interesadas, compromiso de Genba y materialización de beneficios. En enero de 2023, se unió a la consultora internacional de operaciones y consultora de Minitab Gold Level Argon & Co como socio, liderando la práctica de Fabricación Digital. Greg tiene más de 30 años de experiencia trabajando con la industria manufacturera, principalmente en los sectores automotor, de productos electrónicos, aeroespacial y de bienes de consumo en todo el mundo. Tuvimos la oportunidad de conocer su opinión sobre la innovación y por qué es tan importante, a la vez que nos indica cómo podemos ser más innovadores. |
Creo que en el mundo actual las oportunidades de innovar se han multiplicado significativamente debido a la gran cantidad de datos disponibles, no solo para impulsar esa innovación sino también para ser parte de ella.
Si nos detenemos a pensar en la innovación, vemos que hay innovaciones de productos, de procesos y de modelos de negocio. Al integrar datos y herramientas de datos a esos productos, procesos y modelos de negocio, podemos hacer las cosas de nuevas maneras que hace 20 años no habríamos creído que fueran posibles. Mi visión es que hasta ahora la digitalización ha acelerado la innovación en el mundo, y creo que esa tendencia continuará.
Si no innovas, no puedes hacer crecer tu negocio. La innovación es fundamental para crear nuevo valor para tus clientes actuales y para crear nuevo valor para atraer a nuevos clientes.
Desde el punto de vista del usuario, la innovación es un factor fundamental para la mejora continua. La forma de utilizar los productos, la forma de hacer el trabajo diario... todas esas posibilidades de mejora implican innovación. También nos enfrentamos a muchos desafíos ambientales en el mundo, problemas que no se resolverán sin una seria innovación.
A la mayoría de las empresas les cuesta innovar debido a múltiples factores:
Las empresas deben contar con un proceso de innovación, una forma de gestionar un portafolio de innovación. Creo que hay muchas cosas que la dirección puede hacer, pero debe ser una decisión consciente y creo que la innovación tiene que estar bien dimensionada. Los directivos que no tienen experiencia en innovación pueden aprender los métodos y prácticas necesarios.
Esa moneda tiene dos caras. En primer lugar, la innovación consiste en resolver los problemas de nuevas maneras. Se trata de desafiar los marcos existentes que se han utilizado para resolver esos problemas en el pasado.
Uno de los aspectos más importantes de la innovación es centrarse en la “tarea por hacer”.
Este concepto de “tarea por hacer” se desarrolló a partir del trabajo del profesor Professor Clayton M. Christensen de la Escuela de Negocios de Harvard. El trabajo del profesor Christensen reveló que hay diferentes maneras de pensar en cómo se puede resolver una tarea. Lo importante es centrarse en la tarea por hacer cuando se define un proyecto de innovación.
Por ejemplo, ¿quiero un taladro o quiero hacer un agujero en la pared? ¿Existe un mejor manera de crear un agujero que utilizando un taladro? ¿Para qué necesito un agujero? ¿Existe otra solución? ¿Cuál es la “tarea”?
Si se pierde de vista la tarea por hacer, se pueden perder oportunidades de crear verdaderas innovaciones.
Por experiencia, creo que lo más importante es que las herramientas sean fáciles de usar.
He visto instalar soluciones complicadas en las que las personas que las diseñaron sabían cómo usarlas, pero a los usuarios a los que iban dirigidas les costaba porque no les ofrecían la experiencia de usuario que necesitaban o esperaban. Todos experimentamos esto a diario al utilizar aplicaciones web de consumo o nuevas “funciones” en nuestros teléfonos.
Hay que centrarse en lo que se requiere para la tarea y seleccionar herramientas que se ajusten a la tarea por hacer. Y no hay que exagerar. Creo que la gente a veces crea herramientas demasiado sofisticadas para hacer tareas sencillas.
Si quieres tener éxito en cualquier proyecto de innovación, tienes que entender tus datos: las interacciones de las diferentes variables, las posibilidades, cómo se comportan los procesos, cómo se comportan las personas, cómo se comportan las cadenas de suministro, cómo se comporta el clima. Sea lo que sea en lo que estés innovando, tienes que entender y tratar de modelar el comportamiento en diferentes condiciones.
Esa es una forma de pensar anticuada, es decir, reunir a las personas más inteligentes y aislarlas en algún lugar, con la esperanza de que innoven. Hemos aprendido mucho desde aquellos años de innovación aislada y hemos descubierto que la innovación tiene lugar donde las personas USAN los productos. Visita cualquier estación de tren o planta de producción o centro de distribución y habla con las personas que trabajan allí. Pregúntales por los diferentes problemas a los que se enfrentan y cómo los han resuelto. Descubrirás algunas innovaciones efectivas que han ideado por cuenta propia para resolver los problemas que han tenido para hacer su trabajo. Creo que la gran lección es que definitivamente sí, para innovar se requiere la participación de las personas encargadas de las operaciones.
Hoy en día, los métodos de gestión organizativa han evolucionado y los trabajadores ahora no solo son responsables de aportar estas ideas como parte de su trabajo, sino que también suelen participar en su selección e implementación. Además, todo el proceso de mejora continua y gestión de ideas ha evolucionado hasta el punto de pasar a ser parte del trabajo diario en muchas empresas líderes. Los métodos y herramientas de innovación se basan en eso.
Basarse estrictamente en la voz del cliente para innovar no siempre es el mejor método, ya que eso podría centrarse demasiado en las formas de pensar del pasado, y podrían perderse verdaderas oportunidades de innovación.
Estoy observando una tendencia interesante en cuanto a la innovación colaborativa. Los innovadores más creativos no siempre trabajan en una empresa de la lista Fortune 500, sino que suelen encontrarse en las startups. Por ejemplo, un director de innovación al que asesoré, estableció incubadoras centradas en la colaboración con las startups. Esto les permitió beneficiarse del talento de las startups, de su forma de trabajar y de la cultura que aportan para la innovación. A cambio, la startup participante se beneficia porque la empresa grande se convierte en su primer cliente, puede servir de referencia y la startup gana experiencia al enfrentarse a los problemas reales que la empresa establecida intenta resolver para sus clientes.
Razón 1: A veces, los altos directivos le temen al riesgo porque pasan la mayor parte de su tiempo gestionándolo, “apagando incendios”, persiguiendo sus KPI a corto plazo y lidiando con los accionistas. Cuanto más se asciende en la cadena de gestión, menor es la disposición a asumir ideas demasiado descabelladas o proyectos arriesgados. Necesitan ver algo convincente que les dé seguridad para seguir adelante, porque si das curso a todas esas ideas, hay una posibilidad muy real de que no todas ellas tengan éxito, y adicionalmente generas algunos costos y dilución de recursos.
Razón 2: Además de gestionar los riesgos, la dirección debe tener una estrategia, que por lo general es un plan de cinco años y todo debe apoyar ese plan. Alguien podría tener una idea innovadora, pero si no está alineada con la estrategia, no será aprobada. Eso puede ser frustrante, ya que en cierta medida toda estrategia tiene defectos. Conscientes de eso, si la estrategia desestima nuevas ideas, se puede pasar por alto un cambio importante que se podría explotar para innovar.
La creación de una cultura de innovación comienza con el apoyo (y un cambio en la conducta) de la alta dirección. Para ello es necesario dejar de depender de los rígidos sistemas y métodos de gestión y de los estrictos planes de 5 años. Hay que centrarse en la tarea por hacer, y eso incluye involucrar a personas de todos los niveles de la empresa, especialmente a las que hacen el trabajo diario en las operaciones. Para lograr el éxito en cualquier proyecto de innovación, debes tener una profunda comprensión de tus datos. No solo debes entender el entorno actual, sino también las predicciones sobre el impacto de los cambios. Una cosa que hay que recordar es que la innovación no siempre brota de las áreas obvias. Con frecuencia proviene de lugares inesperados. Es importante mantener la mente abierta y crear el espacio necesario para probar cosas nuevas y cuestionar las presunciones arraigadas.
Se han publicado otras dos entrevistas con Greg Kinsey:
- Ciencia de datos para todos: Comprender la importancia de la analítica predictiva. El análisis de datos es vital para comprender cómo funciona su empresa, y el análisis predictivo puede indicarle hacia dónde debe dirigirse su negocio. Según el ejecutivo del sector Greg Kinsey, con las herramientas adecuadas a su alcance, cualquiera puede tomar mejores decisiones que mejorarán el rendimiento y reducirán los errores. Lea este blog para obtener más información >
- Combinación de los equipos de TI y OPEX para la transformación digital. Para muchas personas, la transformación digital consiste en buscar nuevas tecnologías y preguntarse "¿qué puedo hacer con esa tecnología?” Descubra por qué esta forma de pensar es retrógrada, según Greg Kinsey >