En los entornos hospitalarios y clínicos, tomar las decisiones correctas no solo reduce los costos de la duplicación de trabajos y de los procesos ineficientes, sino que también se traduce en mejores resultados para los pacientes. Pensemos en la necesidad de tomar una radiografía adicional porque la primera se realizó en el pie equivocado. Incluso si fuera la extremidad correcta, ¿y si la radiografía se tomó desde el ángulo equivocado?
Art Wheeler
Una de sus principales responsabilidades, como experto en control estadístico de la calidad, era asegurarse de que los datos se recopilaran de una manera que fuera sólida y que garantizara las mejores posibilidades de detectar la significancia estadística de cualquier mejora informada. También creó las gráficas y redactó los informes para las secciones de análisis de los artículos publicados correspondientes y respondió a las preguntas o comentarios de los revisores para ayudar a garantizar la aceptación.Durante los 14 años que trabajó en la mejora de la calidad en el sector de la salud, Art Wheeler presenció este y muchos otros escenarios de mejora de procesos. Más recientemente, como director de apoyo para la toma de decisiones en los servicios de mejora de la calidad de una de las mayores redes de atención médica pediátrica sin fines de lucro del país, fue el principal especialista en estadística, así como mentor y coach de black belts y green belts, gerentes de programas y líderes de proyectos Six Sigma durante 8 años y medio.
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¿Recuerda el escenario de la radiografía adicional que mencionamos antes? Art se desempeñó como consultor en un estudio sobre la duplicación de radiografías, que reveló que cada escaneo innecesario costaba de $150 a $300 adicionales a los centros y que, en general, el tiempo de espera de los pacientes se alargaba. Un estudio de 18 unidades de urgencias pediátricas de EE.UU. reveló que los errores de radiología son el tercer evento más común en las redes de investigación de emergencias pediátricas y que el 87% de los mismos se debían a errores humanos, más que a problemas en los equipos.
Además de reducir los errores, el equipo también estaba motivado a lograr su objetivo de cero errores en dos clínicas para también poder reducir la exposición de por vida de las personas a la radiación, lo que a su vez disminuye el riesgo de desarrollar cáncer. Esfuerzos como este fueron parte del programa “Zero Hero” del hospital: medían el período de tiempo y el número de casos en cuestión, apuntaban a reducir los incidentes a cero y registraban cuánto tiempo se mantenían con cero incidentes.
Pero no todo era blanco y negro. Necesitaban entender el contexto detrás de la duplicación de las radiografías para verdaderamente hacer mejoras. Con una revisión retrospectiva de un período de 14 meses en dos centros, supieron que había buenas y malas razones detrás de las más de 170 radiografías duplicadas que se registraron, para que ocurriera la duplicación. Cada radiografía duplicada se clasificada como …
- Sin error, donde analizaban intencionalmente desde diferentes puntos de vista;
- Ubicación incorrecta, cuando la queja inicial del paciente no coincidía con la radiografía inicial (p. ej., el pie equivocado que mencionamos antes);
- Lateralidad incorrecta, cuando se trataba del lado incorrecto; o
- Radiografía innecesaria, un problema que surgía cuando un entrenador deportivo con conocimientos clínicos preordenaba múltiples radiografías sin la evaluación de un médico.
El siguiente diagrama de Pareto muestra que el error más común durante el período de 14 meses fue el de ubicación incorrecta.
El equipo de mejora de la calidad tomó medidas para cumplir su objetivo del cero por ciento en ambas clínicas, lo que incluía la realización de encuestas a pacientes y familiares durante el registro como ayuda para documentar dónde necesitaban las radiografías y si se habían hecho radiografías en el pasado.
Las radiografías innecesarias también eran un problema cuando un entrenador deportivo con conocimientos clínicos preordenaba varias radiografías sin una evaluación médica. Se intervino para corregir esto, haciendo que los médicos fueran responsables de colocar sus propias órdenes de radiografía en el Registro médico electrónico.
En general, estos pasos mejoraron la comunicación entre médicos, entrenadores deportivos, técnicos radiólogos, pacientes y familiares, y contribuyeron en gran medida a mejores resultados para todos los involucrados.